Para sombra, una noguera, y para correr, un caballo.
Para descansar, el mejor cobijo; para correr, el mejor medio.
Este refrán destaca la importancia de elegir lo más adecuado para cada situación. La noguera ofrece una sombra amplia y fresca, ideal para el descanso, mientras que el caballo simboliza velocidad y resistencia. La enseñanza es clara: en cada circunstancia, hay que buscar lo mejor.
A carrera larga, hasta el caballo se cansa.
Por fuerte que seas, el esfuerzo prolongado acaba agotando.
Este refrán nos recuerda que nadie es invencible y que la resistencia tiene un límite. Incluso el más veloz y fuerte puede agotarse si la carrera es demasiado larga, lo que nos invita a administrar bien nuestras energías y recursos.
Cuando una persona maltrata a otra, suele decir el maltratado: "Te pondré los puntos sobre las íes".
Quien sufre una injusticia amenaza con aclarar las cosas.
Este refrán refleja la necesidad de reivindicación y justicia. La expresión "poner los puntos sobre las íes" alude a la precisión y claridad, dejando claro que el maltrato no quedará impune o sin respuesta.
Mira que es desgracia ser pobre: que se te agrie el vino, tener la mujer preñada y que se te muera el gorrino.
Cuando la desgracia llega, lo hace en cadena.
Este refrán muestra con ironía cómo, en la pobreza, cualquier problema se agrava. La pérdida de lo poco que se tiene puede representar una tragedia, y a menudo los problemas parecen venir juntos, sin dar tregua.
Dura poco la alegría en la casa de los pobres.
Las buenas noticias en la pobreza son efímeras.
Este refrán expresa la realidad de que, para quienes tienen pocos recursos, los momentos felices suelen durar poco antes de que aparezca una nueva dificultad. Es un reflejo de la fragilidad de la estabilidad en condiciones precarias.
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