domingo, 20 de octubre de 2024

Refranes XXXIII


Vale más el collar que el perro.

El adorno o lo superficial se valora más que lo esencial.

Este refrán critica la tendencia a dar mayor importancia a las apariencias o lo accesorio en lugar de lo fundamental. Refleja una sociedad que, en ocasiones, valora más lo externo que lo que realmente importa.


Hace más el que quiere, que el que puede.

La voluntad supera la capacidad.

Este refrán nos enseña que la motivación y el deseo de hacer algo pueden ser más efectivos que las habilidades o los recursos disponibles. La persistencia y el esfuerzo pueden llevarnos más lejos que simplemente tener los medios pero sin interés.


Vale más parecer tonto y no serlo, que serlo y no parecerlo.

Es mejor que te subestimen siendo inteligente, que ser tonto y aparentar lo contrario.

Aquí se pone en valor la sabiduría de no exponerse ni aparentar más de lo que uno es. Es preferible que los demás no vean todo nuestro potencial, a quedar en ridículo al no poder cumplir con las expectativas generadas.


Somos todos buenos, hasta que dejamos de serlo.

Todos somos personas correctas, hasta que las circunstancias nos cambian.

Este refrán refleja la fragilidad de la bondad humana, insinuando que todos tenemos un límite. Con el tiempo, las situaciones o los desafíos pueden hacer que una persona pierda su buen carácter, mostrando que la bondad es algo que debe cultivarse y protegerse.


Hasta el rabo, todo es toro.

No des nada por terminado hasta que realmente lo esté.

Este refrán español, proveniente del mundo taurino, nos enseña a no bajar la guardia ni confiarse demasiado en situaciones importantes. Hasta que no se resuelva todo por completo, cualquier cosa puede suceder.

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